UN REAL CUENTO ANDALUZ
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UN REAL CUENTO ANDALUZ
(TRATADO DE LAS ANDAZAS DE "LA PÍCARA SUSANA"
Erase, que se era;
que en un maravilloso reino
llamado Andalucía
vivía una bella Princesa,
a la que todos conocían,
como a "La Pícara Susana".
La Princesa con todos coqueteaba
buscándose un buen marido
que la ofrecoera las llaves del reino;
pero ella tenía dos "Válidos";
conocidos como Chaves y Griñan,
que, a sus Pretendientes, espataban.
Un día un gallardo Príncipe Naranja
descendió de su vetusto carruaje
con las llaves del reino en la mano;
la Princesa las Enaguas se arremango;
y, pidiéndole Matrimonio,
al Huerto se lo llevó.
Grandes Fanfarrias el enlace anunciaron;
mientras que, los Pretendientes despechados,
juraban que aquello no duraría;
que, en no pasando mucho tiempo,
los dos lucirían sobre sus cabezas
enramadas y hermosas Cornamentas;
y, quizás no se equivocaron;
porque la Princesa abandonó a su Príncipe
para gobernar a los Españoles;
(Dios nos piye confesados
el Tinglado que pudiera montar
la Príncesa en la Moncloa);
pero, por desventura, a Andalucia regresó
con sui trasero muy dolorido
por una "Socialista" Patada;
y, colorín colorado,
este Real Cuento Andaluz
ya se acabó
Erase, que se era;
que en un maravilloso reino
llamado Andalucía
vivía una bella Princesa,
a la que todos conocían,
como a "La Pícara Susana".
La Princesa con todos coqueteaba
buscándose un buen marido
que la ofrecoera las llaves del reino;
pero ella tenía dos "Válidos";
conocidos como Chaves y Griñan,
que, a sus Pretendientes, espataban.
Un día un gallardo Príncipe Naranja
descendió de su vetusto carruaje
con las llaves del reino en la mano;
la Princesa las Enaguas se arremango;
y, pidiéndole Matrimonio,
al Huerto se lo llevó.
Grandes Fanfarrias el enlace anunciaron;
mientras que, los Pretendientes despechados,
juraban que aquello no duraría;
que, en no pasando mucho tiempo,
los dos lucirían sobre sus cabezas
enramadas y hermosas Cornamentas;
y, quizás no se equivocaron;
porque la Princesa abandonó a su Príncipe
para gobernar a los Españoles;
(Dios nos piye confesados
el Tinglado que pudiera montar
la Príncesa en la Moncloa);
pero, por desventura, a Andalucia regresó
con sui trasero muy dolorido
por una "Socialista" Patada;
y, colorín colorado,
este Real Cuento Andaluz
ya se acabó
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